Una batería, un bajo y un saxo. Nótese
el uso del artículo para reseñar la perfecta diferenciación.
Incomparecencia colectiva a través de la especificidad articular. Y con
un sutil toque, una débil impresión, una mano que se atreve a trascender
el borde, una batería, un bajo y un saxo pasan a ser batería, bajo y
saxo. Todas a una: bateríabajoysaxo.
Declamar la virtud a partir de tres objetos aparentemente inanimados. La cosa es así: agarrarse a cualquier COSA que se presente dispuesta a ser percibida, a ser sentida, asida, practicada y revolucionada.
Nosotras procuramos lo mismo con el espacio. Procura: búsqueda. Procura: otorgar cuidados; también puede ser. Buscar y no dejar de cuidar. Con este espacio y con el que nos toque. Porque vamos a la deriva. Fabulamos y confabulamos. Y entonces:
Derivamos.
Me explico:
Nos maravillamos, nos entregamos a la fantasía. Acomodo en el regocijo de la contemplación. La quietud para sentir las posaderas. ¿Veis por dónde voy? Y aquí, en este punto, bendita interposición del prefijo. Ya no fabulamos más. Ya estamos sobreimpresionados. Exceso de impresión e impresos sobre lo que intervenimos: ya estamos dentro. Ahora: confabulamos. Conspiramos, subvertimos, maquinamos (nos encanta la máquina), tramamos, intrigamos, nos conchabamos y nos insurreccionamos
y reventamos.
That's the point. Y llegar a este punto para darle la vuelta a todo. Hace falta valor para querer caer en la trampa. Arrojo viene de arrojar; tirar algo, arrojarse, tirarse todo entero. El miedo no existe. Emociones explicadas por otros afectos. El miedo se lo inventó alguien para que tengas a qué temer. Maravíllate, pero no te ilusiones. Párate, pero no para temer.
Pararse. El riesgo del inane. Aquí la etimología engaña, cae en la trampa productivista. Inanimado no es fútil. Lo vano sirve para rellenar. Ahí está: catalizador. Precisamos del vacío para entregar el relleno.
Y precisamente -de precisar, atinar, apuntar- , este sábado y no otro: Marcelo Peralta, Juan San Martín, Jose San Martín y Vaciador34.
Joder, y si vienes, pues también tú. Pero hazte cargo: si no estás dispuesto a despreciar los bordes, ni te acerques. Porque aquí nos mezclamos, nos rozamos y nos desgastamos.
Porque si no es para usarte, entre tú y los demás, no sabemos para qué te quieres.
Declamar la virtud a partir de tres objetos aparentemente inanimados. La cosa es así: agarrarse a cualquier COSA que se presente dispuesta a ser percibida, a ser sentida, asida, practicada y revolucionada.
Nosotras procuramos lo mismo con el espacio. Procura: búsqueda. Procura: otorgar cuidados; también puede ser. Buscar y no dejar de cuidar. Con este espacio y con el que nos toque. Porque vamos a la deriva. Fabulamos y confabulamos. Y entonces:
Derivamos.
Me explico:
Nos maravillamos, nos entregamos a la fantasía. Acomodo en el regocijo de la contemplación. La quietud para sentir las posaderas. ¿Veis por dónde voy? Y aquí, en este punto, bendita interposición del prefijo. Ya no fabulamos más. Ya estamos sobreimpresionados. Exceso de impresión e impresos sobre lo que intervenimos: ya estamos dentro. Ahora: confabulamos. Conspiramos, subvertimos, maquinamos (nos encanta la máquina), tramamos, intrigamos, nos conchabamos y nos insurreccionamos
y reventamos.
That's the point. Y llegar a este punto para darle la vuelta a todo. Hace falta valor para querer caer en la trampa. Arrojo viene de arrojar; tirar algo, arrojarse, tirarse todo entero. El miedo no existe. Emociones explicadas por otros afectos. El miedo se lo inventó alguien para que tengas a qué temer. Maravíllate, pero no te ilusiones. Párate, pero no para temer.
Pararse. El riesgo del inane. Aquí la etimología engaña, cae en la trampa productivista. Inanimado no es fútil. Lo vano sirve para rellenar. Ahí está: catalizador. Precisamos del vacío para entregar el relleno.
Y precisamente -de precisar, atinar, apuntar- , este sábado y no otro: Marcelo Peralta, Juan San Martín, Jose San Martín y Vaciador34.
Joder, y si vienes, pues también tú. Pero hazte cargo: si no estás dispuesto a despreciar los bordes, ni te acerques. Porque aquí nos mezclamos, nos rozamos y nos desgastamos.
Porque si no es para usarte, entre tú y los demás, no sabemos para qué te quieres.
Y a todo esto, aquí su excusa: «TR3SPUNTOCERO
nace por la coincidencia, en otros proyectos, de los tres componentes,
quienes descubren que esta formación mínima (no minimalista) les permite
desarrollar paisajes sonoros atípicos, a partir de interpretaciones
arriesgadas. Proponen un repertorio en su mayor parte original, en el
que la improvisación ocupa una buena porción del discurso. "3.0" hace
referencia al tercer milenio en el que nos ha tocado vivir.»
Toma tercer milenio.
ResponderEliminarBuen texto, de paso.