de paso a la ya tan en madrí // SÁBADO 20 // 21H



1/ de paso a la ya tan y en la portada deste libro pequeño: un torrente en blanco y negro. Libritorrente. Espuma blanca, aguas negras. Agitación. Energía cinética.

de paso a la ya tan y en la primera página el dibujo de una centáuride, en señal de lo que va a suceder: metamorfosis e hibridez entre lo humano y lo animal o el recordatorio de que somos animales.  

Luego, las tres partes o movimientos: flujos, caminos, trayectorias, enhebradas por esta inscripción: si hablo es porque tengo algo que se rompe.

2/ La ruptura pone en movimiento y engendra flujos, la ruptura de salir a los caminos, la ruptura permanente de las trayectorias de trenes y demás, la madeja de los desplazamientos entreverada en una cartografía de los pasos rumbo a.

de paso a la ya tan o el segundo de estar en ágil marcha, y FLUJOS la fuga de una cárcel o todo lo que sea palacio de lacultura o sanatorio o algún que otro curro ingrato a decir terror. Aun en el dilema y la indecisión, el animal que habla nunca sale por donde entra Lalo Cura salta al otro lado del muro, sabe que no se pertenece y que el torso del signo se desnuda, la duda recrece y, sin eclipsar el movimiento, es asimismo vaivén, aunque el flujo no sea fluidez. El flujo no es fluidez y puede ser que esto provenga del problema de la precisión,



cómo aproximarse exacto a algo

indefinidamente enorme

pero sin cercarlo ni el recuerdo

sino el estar expuesto así en

la escalera



El animal se pregunta por la precisión. Y el gesto de responder es el delirio. La suspensión, el vilo, la foto de un pie suspendido antes de pisar la calle, y una vez allí, fuera, el acecho del suicidiario como lugar cualquiera de traspaso una plataforma en lo alto de un edificio isósceles o el andén del metro. La escritura arriesga quemarse y se siente deshacer en desgracia y egoísmo pero sigue y se reencuentra, en el aprendizaje. Eso, la escritura no es demostración sino aprendizaje, de paso a la ya tan. Como cuando hablamos de algo que siempre está allí y que sin embargo no es claro, está en vilo, por nombrar, por ser escuchado: lo que se tiene y no se sabe hay que descubrirlo pronto.



3/ CAMINOS las y los que caminan por el libro mujeres, viejos, niños, locos, monstruas, el camino siendo multitud.

Trenes las TRAYECTORIAS, el cambio de un minuto a otro y tan adentro.

PASO los pies desnudos.



4/ Sueños y metamorfosis. Como cuando se agarran el lagarto y el perro blanco, o cuando una mujer y una grulla se golpean. Quedan hechos bolsa. Testigos desto son Ovidio y Apuleyo: la metamorfosis sobreviene después del trauma, o sea, la transformación ocurre a través de la herida, o sea, hay lo que no se puede saber sin sufrir. Pero también, cuanto más radical la metamorfosis, más se presenta como sueño o delirio a los ojos del statu quo, algo irrealizable, absurdo, a pesar de que solo el sueño o el delirio alcanzan la intensidad y la demencia de lo real histórico, con toda su arbitrariedad luminosa y trágica. 



5/ El montaje (la vida vuelta escritura) da un relato, o reto, astillado. La experiencia y la acción discurren intermitentes, como si una parte de la sintaxis se volviera pintura y gesto, empotrando el sentido en la materia misma del lenguaje. O de ser solo música: atonal y polirrítmica, corrientes de texto y de textura.

Uno desos gestos, más que secreto, veloz, es el de teñir fondo, pintar el tiempo compartido y teñir fondo, fuera, en las calles y escaléricas, como dice. Y teñir la cueva. Teñir fondo, hacer fuego, confiar. Y teñir fondo para tener las fuerzas de desfiar. Pero seguir tiñendo fondo y dar ámbito a la acción, aclarar ángulos, algunos. Teñir un fondo de voces y capas de voces que no respetan la inmovilidad.



6/ Invención de precursores, sin entrar en etcéteras. Pero invención de precursores, no intertextualidad, es decir, cierta idiosincrasia que es posible trazar en el cielo, desde el libro, como catasterismo del aguante y los sueños de Patti Smith, del fósforo asistémico en las pupilas de Elvira Hernández, de los crispados collages antitotalitarios de Herta Müller, de la jeta y el delirio de Mario Santiago, de la tartamudez de Beckett, de la charla digresiva o doxa multifocal de Ashbery/



7/ Esta vez, al terminar ensamblo con una pregunta la inscripción del comienzo y la dedicatoria final:

si hablo es porque tengo algo que se rompe

y a quién hablas?
a todxs lxs que entre rejillas de calor caminan y matan hambre

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