FIESTA SÁBADO 22 DE SEPTIEMBRE

FIESTA SÁBADO 22 DE SEPTIEMBRE 22:00 HORAS 
"FIESTA DE DISFRACES AÑOS 20 QUEER" 

Hace sólo poco más de dos siglos que a una serie de individuos se les ocurrió la maravillosa idea de reconceptualizar la condición humana, generando por primera vez en la historia una imagen del sujeto como Homo Oeconomicus, comoindividuo egótico, independiente de la voluntad de otros, propietario de sí mismo y de sus capacidades (y por tanto susceptible de vender su cuerpo, su fuerza y su tiempo –en suma, su vida- en el mercado laboral) y guiado exclusivamente por la satisfacción de su propio interés individual. Esta perspectiva no sólo caló hondo en un sentido teórico, sino que se proyectó indiscriminadamente en el pasado, presente y futuro del ser humano, como una especie de definición atemporal de algo que, en realidad, ni nunca había sido así ni tendría porque ser así en el futuro.

El resultado, hoy lo vemos claro, es que esta nueva visión del mundo se impone en nuestra sociedad, a través de todos los dispositivos de saber-poder (del liberalismo al neoliberalismo, y tiro porque me toca) como base y fundamento universalista de la sociedad capitalista. Una antropología-psicología-sociología-ontología mercantilista: el ser humano (dicho en términos oficiales de mayor actualidad) como empresario de sí mismo cuya libertad se reduce a la toma de decisiones en el contexto de oferta y demanda de mercancías, como una máquina aislada y autointeresada cuyo único horizonte de sentido es la producción de flujos de ingresos.

Una enfermedad crónica.

Frente a esa imagen del ser humano como Homo oeconomicus con la que no dejan de bombardearnos en su guerra permanente contra la vida, frente a esa desgarradora ficción que cada vez menos personas nos creemos, oponemos, con más pasión que nunca, la colectividad. Construcción colectiva, pensamiento colectivo, creación colectiva; al margen, lo más al margen posible del campo de concentración que llaman Estado de Derecho y Sociedad de Mercado.

Resistir.

Retomar y reinventar permanente esa capacidad para organizarnos espontáneamente y para instituir relaciones no contractuales entre los individuos.

Resistir.

Trabajar, desde la acción colectiva, por la proliferación de nuevas formas de uso compartido de los comunes que pongan en crisis el modelo de propiedad exclusiva y, en general, todo el edificio de la ideología propietaria.

Resistir.

Generar espacios en los que nuestra libertad no se defina como la propia de un átomo en competencia, sino como el desarrollo de nuestras singularidades a través de la cooperación y el apoyo mutuo.

Resistir.

En el cultivo de nuestros propios alimentos, en la forma en que los disfrutamos. En la forma en que gestionamos y compartimos la cotidianidad. En la forma en que nos hablamos y nos tocamos. En la música que nos atraviesa. En los cuadros que pintamos. En el teatro, pobre. En el cine, rebelde. En la falta de civismo burgués. En la danza dislocada de cuerpos que son un cuerpo. En el libre control de nuestros huesos y músculos y órganos y afectos y mentes en equilibrio. En el arte informe con el que vivimos nuestras vidas en un eterno flujo de acontecimientos. En la fiesta, aquelarre subversivo.

Resistir.                                            

Construyendo autonomía colectiva.

Cada día.

Siempre.

Perseverar.

Tercer curso de Vaciador. Tercer curso en el que nos seguimos demostrando más y más entre todas que, a pesar de las dificultades, podemos y queremos funcionar de otra manera, no ser “esclavos voluntarios” dentro de esta máquina, de este molino ciego que no hace otra cosa que engendrar muerte y mediocridad, no participar en una vida centrada en el mero autointerés egótico ni en la necesidad de “vender nuestra fuerza de trabajo”, y de vendérsela precisamente a nuestros peores enemigos.

Que no queremos nada de eso. Y que es posible.

Sabemos cada vez mejor que existen otros mundos posibles, y que están aquí mismo, en nuestra disposición de unirnos desde abajo y crear colectivamente. Lo hemos aprendido y lo seguimos aprendiendo cada día, manchándonos de vida. Y esa conciencia nos une, nos enciende, nos despierta, nos agita, nos hace fuertes.

Vivir de otra manera...

Liberarnos de la enfermedad del Homo Oeconomicus. Liberarnos. Juntas.

Resistir bailando, como Súper Vaciator.